Elevada está mi cordura
hacia el campo incipiente
del intercambio próspero
del olvido.
Me magnifico despierta
al abismo austral,
donde la ropa en derrota,
renace cautiva
desde un viejo lugar.
Es que, a favores del tiempo,
he de escapar,
y en las olas del acto
me he de quedar;
y en decadencia perenne
veo dilapidar las voces
de la piel desde un nuevo lugar.
Erribana